Leonardo Da Vinci. (1452- 1519)
Las pinturas de
Leonardo da Vinci son escasas, pero están consideradas como obras maestras del
patrimonio universal.
Como pintor sobresale
por sus composiciones, la precisión en la representación de sus conocimientos
(anatomía, botánica, geología...), el uso de luces y sombras y la reproducción
de emociones a través de expresiones gestuales y en especial por su dominio
técnico del ‘sfumato’.
Su legado artístico
más abundante son los dibujos. Su método científico de investigación se basa en
la observación e ilustraciones descriptivas detalladas. Son de especial
relevancia sus cuadernos con reflexiones sobre la naturaleza de la pintura.
Se interesa por el
estudio de la anatomía humana y animal, las proporciones del cuerpo, los signos
de envejecimiento y enfermedad y la expresión de las emociones. También se
conservan retratos caricaturescos, estudios de jóvenes de perfil griego y
bocetos preparatorios de sus obras.
Lamentablemente no ha perdurado ninguna de
sus esculturas originales. El proyecto escultórico del que más documentación se
tiene es el de la estatua ecuestre conocida como 'Gran Caballo' que ni siquiera
llega a fundirse en su época sino en 1999 según los planos de Leonardo.
Miguel Ángel Buonarroti (1475- 1564)
Heredero del gran arte de la Florencia de los Médicis, Miguel Ángel
alcanzó toda su gloria como artista con sus grandes creaciones para los papas
de Roma, como los frescos de la capilla Sixtina. Figura culminante del
Renacimiento, reflejó en sus obras la crisis de una época que se deslizaba
hacia las guerras de religión y la represión de la Contrarreforma.
Genio artístico por antonomasia, Miguel Ángel Buonarroti fue también un
testigo privilegiado de su época. Su larga vida –89 años, de 1475 a 1564–
coincidió con un período crucial de la historia de Europa. Eran los tiempos en
que la fe católica se desmoronaba ante el ímpetu de la Reforma protestante
(iniciada por Martín Lutero en 1517), tiempos en los que el astrónomo Copérnico
revelaba a sus contemporáneos la verdadera posición de la Tierra en un sistema
heliocéntrico, en que los relatos de viajes y el descubrimiento del Nuevo Mundo
en 1492 generaban otra visión del universo, con nuevos lugares, razas y
especies que no aparecían en la Biblia y que harían cuestionar muchas verdades
asentadas. Por otro lado, el desarrollo comercial y burgués y el pensamiento
laico y científico fomentaron una nueva valoración del individuo y de la figura
del artista. De todo ello se hizo eco el arte de Miguel Ángel, que evolucionó
con el mundo que le rodeaba, reflejando sus expectativas, sus incertidumbres y
sus crisis.
Donatello (1386 - 1466)
Donato di Niccolò di Betto Bardi escultor italiano, nació en 1386 en
Florencia. Hijo de un cardador de lana. Cuando cumplió 17 años trabajó como
ayudante de Lorenzo Ghiberti en la construcción y ornamentación de las puertas
de bronce del baptisterio de San Juan de Florencia.
En su carrera artística se pueden establecer tres periodos. El primero
se desarrolla hasta 1425, y en él se puede observar influencia de la escultura
gótica, aunque también revela tendencias clásicas y realistas; destacan entre
las esculturas de este periodo las estatuas de San Marcos (1411-1412, iglesia
de Orsanmichele, Florencia), San Jorge (1415-1417, Bargello, Florencia), san
Juan Evangelista (1413-1415, Opera del Duomo, Florencia) y Josué (1418,
campanile de la catedral de Florencia).
En el segundo periodo (1425-1443) predomina la utilización de modelos y
principios escultóricos de la antigüedad clásica. Hacia 1443, trasladó su
taller a Padua. Entre 1425 y 1435 trabajó con el escultor y arquitecto
florentino Michelozzo en varios proyectos, entre los que se encuentra el
monumento dedicado a Bartolomeo Aragazzi. Entre 1430 y 1433 viajó en varias
ocasiones a Roma, donde creó varias obras, de las que la más notable es el
cáliz de la sacristía de la basílica de San Pedro, decorado con los relieves de
La adoración de los ángeles y El entierro de Cristo. Sin embargo, fue en
Florencia donde creó la obra más notable de este periodo, su David en bronce
(c. 1430-1435, Bargello), primer desnudo exento de la escultura renacentista.
Su tercer periodo se aleja de la influencia clásica y pone mayor énfasis
en el realismo y en el dramatismo de la acción: Los milagros de san Antonio
(San Antonio, Padua); El Gattamelata (en la plaza que está delante de la
basílica de San Antonio) y Judith y Holofernes (Piazza della Signoria,
Florencia).
Donatello falleció en Florencia el 13 de diciembre de 1466.
Rafael Sanzio (1483 - 1520)
(Raffaello Santi, también llamado Rafael Sanzio o Rafael de Urbino; Urbino, actual Italia, 1483 - Roma, 1520) Pintor y arquitecto italiano. Por su clasicismo equilibrado y sereno basado en la perfección de la luz, la armonía en la composición y el dominio de la perspectiva, la obra de Rafael Sanzio constituye, junto con la de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel Buonarrotti, una de las más excelsas realizaciones de los ideales estéticos del Renacimiento.
Su padre, que fue el pintor y
humanista Giovanni Santi, lo introdujo pronto en las ideas filosóficas de la
época y en el arte de la pintura, pero falleció cuando Rafael contaba once
años; para ganarse la vida, a los diecisiete años trabajaba ya como artista
independiente. No se conoce con exactitud qué tipo de relación mantuvo Rafael
con Perugino, del que unos lo consideran discípulo y otros socio o colaborador.
Sea como fuere, lo cierto es que superó rápidamente a Perugino, como se
desprende de la comparación de sus Desposorios de la Virgen con los de este
último. Desde 1504 hasta 1508 trabajó fundamentalmente en Florencia, en donde
recibió la influencia del arte de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel.
De entre sus obras de este
período (El sueño del caballero, Las tres Gracias), las más celebradas son sus
variaciones sobre el tema de la Virgen y la Sagrada Familia. Los personajes
sagrados, dotados de cautivadores toques de gracia, nobleza y ternura, están
situados en un marco de paisajes sencillos y tranquilos, intemporales. En estas
telas, Rafael da muestras de su inigualable talento para traducir a un lenguaje
sencillo y asequible los temas religiosos. Su maestría en la composición y la
expresión y la característica serenidad de su arte se despliegan ya en plenitud
en la Madona del gran duque, La bella jardinera o La Madona del jilguero, entre
otras obras.
A partir de 1518, Rafael se
ocupó de la decoración de las Logias del Vaticano con pequeñas escenas del
Antiguo Testamento envueltas en paneles de grutescos. La Transfiguración,
última obra del artista, es considerada por algunos el compendio perfecto de su
arte. Sus trabajos arquitectónicos, de menor importancia que los pictóricos,
incluyeron la dirección de las obras de San Pedro del Vaticano.
Sandro
Botticelli (1445 - 1510)
(Alessandro di Mariano
Filipepi; Florencia, 1445 - id., 1510) Pintor italiano. Muy valorado en la
actualidad, Sandro Botticelli no se cuenta entre los grandes innovadores del
Renacimiento, sino que se inscribe más bien en un grupo de pintores que rehuyó el
realismo a ultranza y se inclinó por un estilo basado en la delicadeza, la
gracia y un cierto sentimentalismo. Uno de ellos fue Filippo Lippi, maestro e
inspirador de la obra de Botticelli.
La trayectoria artística de
Sandro Botticelli se inició con obras de temática religiosa, en particular con
vírgenes que, como la Virgen del Rosal, denotan un gran vigor compositivo. En
1470, cuando contaba ya con un taller propio, se introdujo en el círculo de los
Médicis, para los que realizó sus obras más famosas. Un primo de Lorenzo el
Magnífico, Pier Francesco de Médicis, le encargó la alegoría de La primavera y
también, al parecer, El nacimiento de Venus y Palas y el centauro.
Realizar obras de gran formato ajenas a la temática religiosa fue toda
una novedad en aquella época, y se debió seguramente a la vinculación de su
mecenas con la filosofía neoplatónica, cuyo carácter simbólico debían
reproducir las obras encargadas. De ellas se han realizado interpretaciones de
enorme complejidad, que van mucho más allá de su gracia evocadora.
A la misma época corresponden también La adoración de los Reyes Magos y
el Díptico de Judit, obras igualmente emblemáticas. El hecho de que, en 1481,
fuera llamado a Roma para decorar al fresco la Capilla Sixtina (junto con otros
tres grandes maestros) hace suponer que ya gozaba de un gran prestigio. A su
regreso a Florencia realizó obras más solemnes y redundantes, como la Natividad
mística, probablemente influido por la predicación tremendista de Savonarola.
Se le deben también bellísimos dibujos para un manuscrito de la Divina Comedia de
Dante.
Eclipsado por las grandes figuras del siglo XVI italiano (Leonardo,
Miguel Ángel y Rafael), Botticelli permaneció ignorado durante siglos, hasta la
recuperación de su figura y su obra a mediados del siglo XIX. Su estilo se
perpetuó en cierto modo a través de los artistas formados en su taller, entre
ellos el hijo de Filippo Lippi, Filippino Lippi.
Tiziano Vecellio (1490 - 1576)
(Pieve di Cadore, actual
Italia, h. 1490-Venecia, 1576) Pintor italiano. Aunque Tiziano alimentó durante
los últimos años de su vida la idea de que había nacido en 1475, para hacer
creer que era un anciano venerable e inspirar respeto y compasión, la crítica
moderna ha establecido casi con total seguridad que nació en 1490 y que murió a
una edad más que respetable, con ochenta y seis años. Recibió su primera
formación en el taller de Giovanni Bellini, del que salió a los dieciocho años
para integrarse en la escuela de Giorgione.
La concepción poética de la pintura de éste dejó una
profunda huella en Tiziano, como resulta evidente en todas sus obras de
juventud, y muy especialmente en la enigmática alegoría Amor sagrado y amor
profano, lienzo con el que se consagra ya como un maestro del desnudo femenino,
además de manifestar un talento natural en la plasmación del paisaje. Con
anterioridad había colaborado con Giorgione en la realización de los frescos de
la fachada del Fondaco dei Tedeschi y había realizado en Padua los Milagros de
san Antonio para la Scuola del Santo. No tardó en convertirse en el artista más
importante de Venecia y fue nombrado, en consecuencia, pintor oficial de la
República.
Aunque sus obras más
conocidas y admiradas en el presente son las de tema alegórico y mitológico, el
artista comenzó la parte más brillante de su carrera con una serie de retablos
de colores fuertes y contrastados y figuras poderosas, como La Asunción o el
Retablo Pesaro para Santa Maria dei Frari. Son obras de composición enérgica
que muestran una gran vitalidad. Los mismos esquemas dinámicos se repiten en
las obras mitológicas de este período, como La bacanal o Baco y Ariadna. Por
entonces, Tiziano se reveló también como un gran retratista, con obras como el
llamado Ariosto, en las que establece un esquema nuevo: el protagonista aparece
reproducido de medio cuerpo, con las manos visibles y unos rasgos reales pero
idealizados, captados en ocasiones por medio de un golpe de intuición.
Su última obra documentada
es la Piedad de Venecia, que presenta ciertas afinidades con el manierismo. La
grandeza de Tiziano como pintor, su fama de artista inimitable y la gran
influencia que ejerció sobre sus coetáneos y sucesores contrastan con su
carácter de hombre avaricioso, que siempre se quejaba de ser pobre pese a las
grandes riquezas que había acumulado, y que se servía en ocasiones del engaño
para obtener ventajas.
Donato Bramante (1444 -1514)
Donato Bramante nace en 1444
en la actual localidad de Fermignano, enclave cercano a Urbino, ciudad donde se
habría formado en el taller del arquitecto Luciano Laurana. Sin embargo,
inicialmente, su aprendizaje podría haber tenido lugar dentro del ámbito del
dibujo y la pintura (tal y como aseguran tratadistas de la talla de Vasari y
Serlio), adjudicándosele incluso la autoría de los frescos de la fachada del
Palacio del Podestà en Bérgamo (así como algunas otras obras correspondientes
con su etapa milanesa).
A finales del siglo XV se le
puede encontrar en Milán (al servicio de Ludovico Sforza, el cual actuará como
mecenas de Bramante durante el tiempo que permanezca en la Lombardía), donde
llevará a cabo proyectos arquitectónicos como la iglesia de Santa María presso
San Sátiro y Santa María della Grazie, en las cuales queda patente su interés,
ya desde comienzos de su trayectoria, por el espacio y la perspectiva, además
de que constituyen buena muestra de la elegancia y la energía que sus edificaciones
destilarán.
Antes del año de 1500,
Bramante se traslada a Roma, descubriendo fascinado las maravillas de la
Antigüedad que la ciudad guardaba, al estudio de las cuales se entregará con un
enérgico entusiasmo. Bramante dará un paso más a la hora de "imitar"
a los clásicos, superando la forma (en la que tanto habrían recabado los
quattrocentistas) para detenerse en el fondo (composiciones estructurales y
procedimientos constructivos serán el objeto de su atención, principalmente),
llegando a superar con creces, perfeccionándolo, el estilo antiguo.
A pesar de que, como ya se
ha apuntado con anterioridad, la obra más importante que se le encargará llevar
a cabo en Roma va a ser el proyecto de la basílica de San Pedro, existen dos
edificaciones previas romanas por él creadas que supondrán un ejemplo de
evolución en esa línea comenzada en Milán y punto de partida del denominado
estilo romano del Renacimiento (particularmente en el segundo caso): el
claustro para la iglesia de Santa María de la Paz (1500) y el maravilloso
templete de San Pietro in Montorio (1502).
Tal llega a ser su fama en Roma, que el papa Julio II le
va a encargar la construcción de una monumental referencia para toda la
cristiandad en el lugar en el cual se creía se hallaba el sepulcro del apóstol
San Pedro, donde existía ya una antigua basílica paleocristiana de tiempos de
Constantino.
(Tommaso di ser di Giovanni
di Mone Cassai; San Giovanni Valdarno, actual Italia, 1401 - Roma, 1428) Pintor
italiano. La carrera artística de Masaccio es interesante, primero, por la
sorprendente relación entre la brevedad de su vida (murió a los veintisiete
años) y la importancia, además de relativa abundancia, de sus creaciones, y
segundo, por su aportación decisiva al Renacimiento, ya que fue el primero en
aplicar las reglas de la perspectiva científica.
Masaccio se trasladó a
Florencia cuando aún era muy joven, y en 1422 figuraba inscrito en el gremio de
pintores de esta ciudad. Nada se sabe de lo que hizo hasta entonces y con quién
se formó. Se le vinculaba tradicionalmente con el taller de Masolino, pero en
la actualidad se cree que no fue en él donde se formó, sino que se incorporó
como colaborador ya formado.
Su primera obra documentada, el
tríptico de San Juvenal (1422), es una creación que supera plenamente el
gótico. En el posterior políptico para el Carmine de Pisa (1426), la
composición a base de pocas figuras esenciales y la plasmación natural de la
luz definen su estilo característico, que se despliega plenamente en su obra
maestra: el ciclo de frescos sobre la vida de San Pedro y la expulsión del
Paraíso, que pintó para la capilla Brancacci de Santa Maria del Carmine, en
Florencia, en colaboración con Masolino.
Las figuras de Adán y Eva
expulsados del Paraíso son prototípicas de la concepción que Masaccio tenía de
la pintura, basada en la masa y el volumen de las figuras, en una única fuente
de luz y en la representación científica de la perspectiva. La importancia de
estos frescos fue tal que todos los grandes pintores posteriores, incluidos
Leonardo de Vinci, Rafael y Miguel Ángel, los estudiaron.
Probablemente, en 1428,
Masaccio realizó su última obra: un fresco de la Trinidad en Santa Maria
Novella, que ha pasado a la posteridad como un ejemplo emblemático de perspectiva
y composición. Poco después de acabar esta pintura, Masaccio se trasladó a
Roma, donde murió de repente, se ha llegado a decir que por envenenamiento. Era
una figura prácticamente desconocida, pero su obra no tardó en proyectarlo al
primer plano de la actualidad y ejerció una gran influencia durante el
Renacimiento.
Giotto (1511 - 1574)
(Giotto di Bondone; Colle di
Vespignano, actual Italia, 1267-Florencia, 1337) Arquitecto y pintor italiano.
Fue el primer creador italiano en superar las tendencias bizantinas de la
pintura de su tiempo y explorar unas orientaciones que acabaron por desembocar
en la gran revolución artística del Renacimiento.
Existen discrepancias en
cuanto a sus orígenes y su formación, pero parece seguro que se formó con
Cimabue, en cuya tradición iconográfica se inscriben algunas de sus creaciones,
como el Crucifijo de Santa Maria Novella, donde la figura de Cristo está dotada
de un sentido humano más profundo que en su maestro. La obra más antigua que se
le atribuye son los frescos de la iglesia superior de Asís, en concreto la
Historia de san Francisco, si bien esta atribución constituye uno de los
problemas más debatidos de la historia del arte. Está documentada con seguridad
la presencia de Giotto en Asís hacia 1290, pero existen demasiadas diferencias
estilísticas entre esta obra y otras asignadas con seguridad al maestro.
En 1304 Giotto se trasladó a
Padua para pintar los frescos que la familia Scrovegni le encargó en una
capilla de su propiedad. Los frescos de esta capilla, denominada de los
Scrovegni o de la Arena, son los únicos que se asignan con certeza al maestro.
Incluyen un Juicio Final (muro oeste), una Anunciación (arco del presbiterio) y
escenas de la Vida de la Virgen y de la Pasión de Cristo (muros restantes),
bajo los cuales figuran personificaciones de virtudes y vicios pintadas en
grisalla con objeto de crear efectos de relieve.
La obra en su conjunto
denota una nueva concepción de la pintura por la atención que presta el artista
tanto a la creación de efectos de perspectiva como a la unificación del
espacio, que acierta a integrar las figuras con los elementos arquitectónicos
que les sirven de marco. Realza la solemnidad y el dramatismo que impregnan
estas escenas el empleo de colores puros y matizados.
Desde la finalización de la
capilla de Padua hasta el comienzo de su otra gran obra al fresco, Giotto se
ocupó en realizaciones de orden menor, como la Madonna de Ognissanti y el
Crucifijo del templo Malatestiano de Rímini. A partir de 1317, el maestro
trabajó en Florencia, en la decoración de dos capillas de la iglesia de la
Santa Croce; las escenas de la Vida de san Francisco pintadas en la capilla
Bardi anuncian los ideales pictóricos del Quattrocento; los frescos sobre la
Vida de san Juan Bautista en la capilla Peruzzi anticipan las conquistas
espaciales de Masaccio.
Con posterioridad, Giotto
trabajó para Roberto de Anjou, en Nápoles, y para los Visconti, en Milán. Pero
la obra más relevante de los últimos años de su vida fue el campanile de la
catedral de Florencia, del que trazó los planos y comenzó la construcción. El
arte profundamente innovador del maestro no dejó indiferentes a sus coetáneos,
y ya en su tiempo gozó de una fama inmensa. Figuras de su época como Dante o
Boccaccio lo elogiaron, y muchos discípulos perpetuaron sus conquistas hasta
finales del siglo XIV, aunque se considera que sus verdaderos epígonos
artísticos fueron Masaccio y Miguel Ángel.
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